Reflejo de una realidad más elevada (y más elevante) es el amor que conocemos, el que hemos aprendido a gestionar y a vivir, también el que hemos aprendido a necesitar y a pedir; pero, es un reflejo pálido de la realidad del Amor del que provenimos. Jana dice: reflexionar. ¿Y qué aporta la reflexión? ¿Qué es reflexionar? La genuina actividad de reflejar algo como es. Hacerse espejo de la realidad es reflexionarla, reflejarla. Hacerse espejo del amor sugiere ser reflexivo, reflexionarlo.
Tomar conciencia del amor -es decir: conocer el amor- reclama reflexionarlo en uno, y también reflexionarse en él, que es como decir: aceptarlo en plenitud. Reflejarlo en nosotros mismos y reflejarnos en él es un juego de espejos que, al combinar ambos puntos de vista, transporta a la ilusión del infinito, una ilusión (he aquí el detalle) que sin duda es real para esos espejos. Si el espejo soy yo, ya que soy real, haré auténtico ese infinito. Es sencillo. Y todo cuanto se acerque, sin interponerse, a ésa parte de nuestra identidad que refleja el amor en el Amor mismo, se verá envuelto y vestido con esa inabarcable figura, insondable, nimbar, íntima, fecunda e interminable.
Gracias, Jana.