martes, 24 de julio de 2012

Del amor y de Krishnamurti



       ¿Saben Uds. lo que significa amar a alguien? ¿Saben lo que significa amar un árbol, un pájaro, a un pequeño animalito, cuidarlo, alimentarlo, acariciarlo, aunque no reciban nada en cambio, aunque el árbol no les dé sombra, ni que el animalito los siga o dependa de Uds.? Casi nadie ama de esta manera, no sabemos en absoluto lo que esto significa, porque nuestro amor está siempre obstruido por la ansiedad, por los celos y el temor, lo cual implica que dependemos internamente de otros y necesitamos que se nos ame. No amamos simplemente y lo dejamos ahí, sino que pedimos algo a cambio; y en ese mismo pedir nos volvemos dependientes.




viernes, 6 de julio de 2012

Del amor que no duerme

      
       ¿Qué haces cuando escuchas una sinfonía? Escuchas cada nota, te deleitas en ella y la dejas pasar, sin buscar la permanencia de ninguna de ellas, pues en su discurrir está la armonía, siempre renovada y siempre fresca. Pues en el amor es igual. En cuanto te agarras a la permanencia destruyes toda la belleza del amor. No hay [amor] que esté tan seguro como el que se mantiene libre.

Antony de Mello



martes, 12 de junio de 2012

De amar


       ¿Amas? El latido del Cielo es inmenso, como tu corazón.
       ¿Amas? El sonido de la fuente, el riachuelo, el torrente,
       el remanso, la mar, la niebla y la nube, la lluvia, el rocío...
       son todos el mismo aunque los oyes distintos.
       ¿Amas? La verdad carece de duda,
       el tiempo sólo es el tiempo,
       y el abrazo, infinito.
       ¿Amas? Tu fuerza nutre todas las fuerzas,
       magnetismo, electricidad, atracción, gravedad...
       Definitivamente ser uno, y no dos.
       ¿Amas? Emprendes el viaje.
       ¿Amas? Recorres el camino.
       ¿Amas? Eres el destino.
       ¿Amas? Ábrete, ciérrate, pulsa, mana...

                           ¡Ama! Y haz lo que quieras.





domingo, 3 de junio de 2012

Del amor aparente


       El amor tiene muchos rostros. No es que lo intuyamos; lo sabemos. Mas es por eso que, en incontables ocasiones, algo puede parecernos semejante al amor. ¿Cuál sea el identificador más seguro? Aprender a sentir: sentir la conexión con uno mismo y la relación natural de armonía con lo que nos rodea, el Cielo y la Tierra, la Naturaleza y los demás. Una manera de aprender a sentir es encontrar la manera de comunicarnos desde el corazón y, por lo tanto, también de "vivirnos" desde el corazón; es decir: con todo nuestro ser. Otra manera es aventurarse en el presente hasta transformarse en el presente, ya que el amor es presente, y no vive fuera de él. Otra manera es tomar conciencia; las preguntas "¿quién soy?", y "¿qué hago aquí?", nos ayudarán a ir desvelando esa esencia viva que somos, la real. En fin, el perdón, la compasión, la búsqueda de la iluminación, la perfección, la santidad, y otra manera, y otra es... que hay tantos caminos como seres.
       En los deseos, las ambiciones, los cálculos de beneficio o los desafíos, incluso en los hábitos o en los estilos de vida, podemos plasmar una elaborada apariencia del amor que buscamos y creer que lo reconocemos; aunque -al tiempo se comprende- no pueden ofrecernos una experiencia directa sobre él, pues no son más que proyecciones, ilusiones con las que nos estimulamos para explorar la existencia... Y aún así, la vivencia del amor aparente también es un camino correcto para llegar al Amor: a fuerza de mirar en los envases vacíos, en las apariencias, en los antes o después, acabaremos por detectar cuál sea el contenido que tanto anhelábamos hallar, quiénes somos nosotros mismos, y quién es ése que llamamos Amor.



viernes, 1 de junio de 2012

Del amor y el Shakuhachi



El maestro Masayuki Koga, interpretando en solitario con la flauta tradicional japonesa Shakuhachi.




Del amor y Pessoa



       Amo como ama el amor. 
No conozco otra razón para amar que amarte. 
¿Qué quieres que te diga además de que te amo, 
si lo que quiero decirte es que te amo?

                                                                                    Fernando Pessoa


lunes, 21 de mayo de 2012

Del amor y de los pactos de amor


       Los antiguos romanos llamaron "fides" a la lealtad a la palabra dada. De este vocablo "fides" provienen "fe", "fidelidad" y "confianza", por ejemplo. La sugerencia es que todo pacto necesita que las partes sean fieles a lo pactado, y puedan depositar así su fe en el otro. En los pactos de amor -como el matrimonio- en los que el amor se hace materia visible, corporal, encarnada, la confianza es esencial, y su realización pasa por la palabra de la misma manera que se autentifica en los gestos y se verifica en los hechos. ¿Confianza en qué? En que sometemos nuestra voluntad libremente, y en que somos capaces de dominarnos a nosotros mismos; es decir: seremos fieles, confiables. ¿Confianza en quién? En ése ser que ya ha pronunciado el amor, trayéndole al mundo; confianza en que no se desatará el lazo que la palabra ha creado. Un pacto de amor, entonces, supone mucho más que un pacto de convivencia, tiene la trascendencia de hacer realidad el Amor: "yo soy el amor por el que me hago tuyo. Mía es la promesa por la que me uno a ti y me mantengo en ti. Así puedo mostrarme ante el universo entero diciendo que, en verdad, soy uno contigo, voluntariamente, hasta el fin". Si el verdadero amor es atado y manifestado, que nada ni nadie que no sea él mismo lo pueda desatar. Por éso puede y debe decirse: lo que Dios -el Amor- une, que nadie lo separe.
     


lunes, 7 de mayo de 2012

Del amor real


Pedid, y se os dará; 
buscad, y hallaréis; 
llamad, y se os abrirá. 
Porque todo aquél que pide, recibe; 
el que busca, halla; 
y al que llama, se le abrirá.

                                   Mateo 7,7


domingo, 22 de abril de 2012

sábado, 7 de abril de 2012

Del amor y de un cerebro que tiene el corazón

       Annie Marquier fue entrevistada por el diario La Vanguardia. Según sus investigaciones -y expresado a la manera de los titulares- "el corazón tiene cerebro". Para leer esta interesante entrevista, seguid el enlace...




miércoles, 4 de abril de 2012

Del amor y del coraje de amar


       El amor en la práctica inspira y resuena. Así lo siento. Por ello agradezco y rindo homenaje a los adelantados, como Ronny Edry:






viernes, 16 de marzo de 2012

Del amor y del humor...iii



    


      Llamamos a las cosas por su nombre. A veces conocemos el nombre pero desconocemos las cosas; es decir:  lo que significa propiamente el nombre con el que las llamamos. Mas, en el caso del Amor... ¿Qué es? ¿Quién es? ¿Cómo es? ¿De cuándo es? ¿De dónde es? ¿De quién es? ¿Por qué es? ¿Por quién es? ¿Para qué es? ¿Para quién es?
      Siempre podemos improvisar, no pasa nada... pero, aunque sea por puro afán intelectual, es mejor saber que no saber.


domingo, 11 de marzo de 2012

Del amor y los padres

       De una manera natural, los padres son la puerta por la que venimos a este mundo, los batientes de la izquierda y la derecha de esa puerta. Son los agentes de este extraordinario tránsito del cuerpo que habitamos. Fijáos en el prodigio: son incontables la cantidad de sucesos que tienen que encadenarse favorablemente para que la vida alumbre a la vida durante un embarazo, y luego para que esa vida prospere, se fortalezca y camine en busca de la felicidad; realmente imposibles de contar. Los padres hacen lo que pueden -es decir: todo lo que saben- para que resulte bien, para que se obre ese milagro que es nuestra propia vida. ¿Quién, sino el amor, podría amparar esta actividad? Los padres, por lo tanto, son las personas más necesarias y resultan las llamas vivas del amor que nos alumbra; de hecho son la representación veraz de esa Luz, y mucho más: de toda la historia de la luz. Nos vinculan con el pasado, hacia la raíz de toda existencia humana, esa que nutre la vida que nos puebla... y si es que queremos dar buen fruto debemos reconocerlo. Honrar a los padres, como emisarios del amor que fue depositado en nosotros y nos mantiene en la vida, es un acto que eleva la propia dignidad de quienes somos
       Queridos Mamen y Antonio, o mamá y papá: sé que casi nunca os lo he puesto fácil, ¿qué puedo decir? Os amo con todo mi ser. Gracias, por todo...



viernes, 2 de marzo de 2012

Del amor y del humor... ii



(Oleísmo 495 - Fco. J. Olea)


Ponte guapo para el Amor... 
Al fin y al cabo, algo muy especial va a sucederte: 
vas a coincidir con tu verdadero ser en la danza de la vida.


sábado, 25 de febrero de 2012

domingo, 12 de febrero de 2012

Del amor y la salud psíquica, ii


       Cuando revisamos nuestra vida aprendemos valiosas lecciones. LLegado el momento de la madurez, en la que uno ya no desea engañarse a sí mismo, la experiencia aporta una maravillosa sabiduría: qué emociones han sido y son positivas, o negativas. Y todavía más importante: cuáles favorecen el equilibrio y cuáles no; cuáles son ordenadas (liberan y conducen a la felicidad) y cuáles desordenadas (esclavizan y alimentan cadenas de dependencia). También aprendemos que toda emoción exaltada, aunque sea la alegría, está en desequilibrio, y que las emociones pueden tiranizar o crear servidumbres. Que la emoción nunca es serena, pero sí que lo puede ser el sentimiento. Y se hace necesario aprender a distinguir la emoción del sentimiento, el emocionarse del sentir. Si partimos de la base de que una persona psíquicamente saludable puede amar desde la totalidad de su ser, podemos concluir que hallar los caminos que conducen a ése amar desde la totalidad puede sanar nuestros psiquismos.


miércoles, 1 de febrero de 2012

Del amor y la salud psíquica

       Que el amor libera de la ansiedad y del estrés, está demostrado. Y otras cosas: la sola presencia de un ser amado puede producir gozo, serenidad, alegría, bienestar, felicidad... Una inquietud, incluso un "subidón". La medicina ha descubierto todo un festival de hormonas que intervienen en el enamoramiento y propician estados de ánimo positivos, desde las feromonas a las endorfinas, oxitocinas, serotoninas, dopamina... Hummm. No es muy romántico, aunque es cierto. Punset describe brillantemente el amor químico en su libro "Viaje al amor". Pero todavía hay muchos puntos ciegos en la realidad psíquica que somos incapaces de explicar, y especialmente es así a propósito del amor, cuya dimensión además puede ser trascendente.
       Partamos de un supuesto para hablar de la psique: puede no ser una cuestión puramente cerebral, ni hormonal, ni fruto de una interacción entre ambas, sino que puede estar intregrada en la totalidad orgánica del ser humano, presente en todo él, en la totalidad de sus tejidos. Observemos por ejemplo la realidad de los trasplantes de órganos. Se da el caso, y numerosos artículos médicos lo corroboran, que un recién trasplantado adquiere una nueva sensibilidad, una nueva atracción o rechazo por cosas de las que, antes del trasplante, no sentía, opinaba de otra manera o le eran indiferentes. Un gusto por vestir determinados colores, comer y beber ciertos alimentos, o amar de pronto a las plantas o a los animales. Incluso desarrollar ciertas habilidades que nunca antes habían fomentado, o nuevas aficiones. Hasta ahí no habría nada de particular si no fuera porque coincidían exactamente con los gustos, aficiones o habilidades propias del donante del órgano en cuestión. Algunas tan concretas como pueda ser tal marca de cerveza y tal tipo de pollo condimentado... impactante, ¿verdad? Observando esta realidad, ¿dónde situaremos el amor?, ¿en el corazón tan sólo? ¿Acaso cuando uno ama, lo hace sólo con una parte de sí mismo? Amamos desde la totalidad porque sentimos desde la totalidad, y sólo podemos vivir enteramente desde la totalidad. Por ello sólo amamos bien cuando amamos la totalidad del ser amado, la realidad plena de aquéllos a quienes amamos, con sus luces y sus sombras, las certidumbres y las incógnitas. Desde esta realidad que observamos, el amor es un permamente encaminarse hacia su realización, y al mismo tiempo la expresión que lo consagra y que lo efectúa. Es la llama que ilumina, el objeto iluminado y el ojo que lo observa. El amor es todo, y si se me permite la vena andaluza, diré: es todo, ¡y más!
       Por éso, para una correcta salud psíquica, podemos asegurar que amar es importante, propicia estados de ánimo positivos y optimistas, pero lo es aún más el amar verdaderamente, porque te invita a integrar la totalidad de tu ser, tu individualidad plena, colocándola en el camino del amor: de común-unión con el amado, con la vida y con tu propósito vital.

miércoles, 25 de enero de 2012

Del amor y del haiku


 
                              霧にかなしと心とけ二人そひゆけり·

                       (kiri ni kanashi to kokoro toke futari soiyukeri)

                                       Abrumados por la niebla  
                                     dos que caminan fundiendo 
                                         en uno sus corazones. 

                                                                  Kosugi Issô (1652-1688)