jueves, 27 de octubre de 2011

Del amor y del asombro

Graphic Art - 13 de 48. Ángela Galindo

       El amor vive en el asombro -que no del asombro- en la medida en que él mismo es asombroso. Asombrar es hacer sombra; sugiere que algo alcanza la altura, el tamaño o el modo en que su sombra se extiende sobre nosotros y sobre la sombra que nosotros proyectamos. Por éso también se usa como sinónimo de susto o espanto. O de admiración. Es cierto que a veces el amor asusta, pero es un estado patológico que desatan los temores relacionados con la pérdida del control, aquellas cadenas que preferimos a ésto del fluir, ceder, liberar... Otras veces sorprende, maravilla y escandaliza. Porque el amor es así. Rompe las etiquetas de lo conocido y borra los límites de la comprensión habitual del mundo. Te lleva de la sensación al pensamiento, y luego de vuelta; y de nuevo vuelve a quebrarte los esquemas hasta agotar la mente racional ...Hasta hacerse sentimiento. De alguna manera es tu corazón diciéndole a tu cerebro lo que tiene que pensar; y nuestro organizador, tan arquitecto él, tan constructor, se desbarata, se admira y se asombra. Se rinde. Y el amor le dispensa.

       Con gratitud y asombro, para Ángela.

sábado, 22 de octubre de 2011

Del amor y San Augustín (continuación)

"Ergo breve praeceptum tibi praecipitur, dilige, et quod vis fac: sive taceas, dilectione taceas; sive clames, dilectiones clames; sive emendes, dilectiones emendes; sive parcas, dilectione parcas: radix sit intu dilenctionis, no potest de icta radice nisi bonum existere."
       (Entonces un precepto breve: ama, y haz lo que quieras; si te callas, hazlo por amor; si gritas, también hazlo por amor; si corriges, también por amor; si te abstienes, por amor. Que la raíz del amor esté dentro de ti y nada puede salir sino lo que es bueno.)


martes, 11 de octubre de 2011

Del amor y las palabras


DRAE (22ª edición)
palabras de presente.
1. f. pl. Las que recíprocamente se dan los esposos en el acto de casarse.

       El amor es presente, siempre.
       La palabra es una expresión de la realidad que nombra, y al nombrarla la invoca; es decir: la crea. Por la palabra se hace firme un voto, y en el voto vive, en la autenticidad de la entrega. Un compromiso leal de amor como es el matrimonio necesita las palabras para "crearse"; es decir: se hace sustancial a través de las palabras que intercambian los contrayentes, y que confirman el amor como una realidad latente en una sola carne. ¿No es maravilloso nuestro idioma? Las palabras hacen el amor; las palabras mutuas que recitan los amantes maravillosamente inquietos por su necesidad de unirse, son llamadas "de presente". Una unión que S. Agustín resumió con magisterio, diciendo: "Unidad en lo esencial, libertad en lo no esencial, y amor en todas las cosas".


sábado, 8 de octubre de 2011

Del amor en el amor presente


DRAE (22ª edición)
presente.
(Del lat. praesens, -entis).
1. adj. Que está delante o en presencia de alguien, o concurre con él en el mismo sitio. U. t. c. s.
2. adj. Se dice del tiempo en que actualmente está alguien cuando refiere algo. U. t. c. s. m.
3. m. Obsequio, regalo que alguien da a otra persona en señal de reconocimiento o de afecto.
4. m. Gram. Tiempo que sirve para denotar la acción o el estado de cosas simultáneos al momento en que se habla. Amo, temen, vivimos.


El amor es presente, siempre.
(Es decir: presente, presente y presente.)

 

martes, 4 de octubre de 2011

Del amor y del alma gemela

       La realización del amor humano lleva, inevitablemente, al encuentro del alma gemela. Es un deseo descrito por Platón en uno de sus mitos (el del "Andrógino", precisamente en su diálogo llamado "El Banquete o del Amor"), y es considerado en muchas diferentes tradiciones y textos sagrados. En la Biblia por ejemplo, se nos explica cómo Dios hace, a partir de un único ser humano, dos seres diferenciados también conforme a Su imagen y semejanza: la mujer y el hombre. Las teologías de la New Age hacen distinciones entre Alma Gemela, LLama Gemela, Alma Compañera, Espíritu Afín...
       Pero, ¿quién es el alma gemela? La respuesta ya ha sido facilitada por otros muchos antes, aunque este aprendiz se esforzará en resumirlo. Un alma gemela es aquél o aquélla que se siente afortunado por cada instante que vivirá a tu lado. ¿Qué virtudes revelan al alma gemela? Todas aquéllas que hacen florecer sin trabas el amor. Dignidad, confianza, sinceridad, respeto, autenticidad, y otras muchas... surgen y fluyen sencillamente, de manera natural. Un alma gemela te reconoce por tus cualidades y no por tus defectos, aunque éstos no le son invisibles, se goza en aprovechar cada oportunidad para rescatar lo mejor de ti y ayudarte a desarrollar tu felicidad. He aquí una ligera semblanza del alma gemela.
       Mas en el Amor, en las cualidades expansivas, radiantes, desinteresadas y fértiles del Amor, podemos considerar al alma gemela como maestro, guía, compañero en el aprendizaje... Imaginad cómo sería el mundo si nos comportáramos los unos con los otros como ante nuestra alma gemela, nuestro complemento ideal. El amor requiere que busques, experimentes y comprendas. Que cedas, abras, dejes de ser en ti y seas, por fin, en él. Que desaparezcas. Gracias a que existe mi alma gemela, ya puedo desear para mí: que yo sea entonces el fragmento impecable de mi ser, alma gemela de todo aquél que roza mi vida, alma gemela de la Naturaleza y también de mis maestros. Que pueda decirle sinceramente al Amor: en ti me consumo, y tuyo soy.
      
       Hoy, día de San Francisco de Asís, gracias, Cristina.