Si amas para que te amen no vives el amor, sino el amor futuro. Si amas porque te aman no vives el amor, sino el amor pasado. Amar es amar -es decir: conocer el amor-; sólo amando, aquí y ahora, siempre en el presente es posible. Porque el amor no sobrevive fuera del presente, es así de gratuito y de escandaloso. No construye castillos en el aire porque es real: no se proyecta como una expectativa en el porvenir. No habita los esquemas del pasado porque se actualiza en cada latido, en cada abrazo y respiración, en cada paso. El amor es presente, siempre.
(Es decir: presente, presente y presente)